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Presencia

Hace unos meses, al llegar a una oficina y saludar amablemente, la recepcionista y conserje me miraron con extrañeza y casi, casi pude leer los subtítulos en su frente: “¿Qué me irá a pedir?”

Me sonreí, y al conocer el motivo de mi visita, su lenguaje corporal y verbal ¡Cambió! Y ¡Se relajó!

Me pregunto: ¿Qué ha pasado? ¿Será la inseguridad? ¿La continúa llegada de personas nuevas a nuestra ciudad?

La realidad es que cada día se van disolviendo las buena maneras; saludar, dar gracias, pedir por favor, hablar por su nombre, etc., etc.

En el día a día, estas buenas costumbres se omiten, se disuelven por la prisa, la necesidad o simplemente por el desuso.

Si tan solo pudiéramos comprobar el efecto positivo que tienen en nosotros, y en los demás, el ponerlas en práctica nuevamente, se crearía una atmósfera de armonía en los que nos rodean, produciendo en nosotros mismos y a nuestro alrededor, un cierto “halo” invisible que nos distingue y eleva a una posición de fácil relación y confianza.

De presencia total de su “SER”.

Josie González Molina / Experta Consultora de Imagen Etiqueta y Protocolo